Tengo un buen nivel de inglés, ¿igual necesito prepararme para un examen internacional?

TL;DR

Sí, porque estos exámenes están diseñados de manera tal que para mostrar conocimientos lingüísticos hace falta conocer el formato del examen, y haber practicado lo suficiente como para tener en claro objetivos, técnicas, y tiempos. Podés aprobar si vas a rendir sin prepararte, pero seguramente podrías tener un resultado mejor (mayor nota) si te prepararas.
Elegir un examen, y prrepararse para rendir.
Elegir el examen adecuado, y prepararse.

Cada uno de todos los exámenes internacionales disponibles (que son muchos más que la media docena que casi todos oímos nombrar alguna vez) tiene un objetivo más o menos definido, y un formato más bien particular, ya sea en duración, cantidad de ejercicios, tipo de ejercicios, contenido de los mismos, manera de calificación y ponderación de los resultados, etc. Apuntan a un público bastante específico, e intentan certificar algo específico también (dentro de lo posible), porque entienden que alguien necesita ese certificado para algo. Si bien desde afuera todos parecen ser exámenes en inglés, dentro del marco del CEFR, cuando uno mira más en detalle, son distintos; conocer esas diferencias permite elegir el más apropiado, y entrenarse de manera específica, y no genérica, para maximizar los resultados.

En algunos casos incluso, como IELTS por ejemplo, se ofrecen dos versiones del examen, con ciertas diferencias, porque apuntan a un uso más general/laboral, o más académico. Si vas a estudiar, o dedicarte más bien al ámbito académico, se recomienda el módulo Academic; si en cambio pensás vivir y trabajar, o recibir formación técnica, se recomienda el módulo General Training.

Es por esto que se recomienda preparar los exámenes, aún cuando el nivel de inglés sea suficiente. Como te decía, primero tenés que decidir si necesitás este certificado o no. Si lo necesitás, entonces necesitás la mejor nota posible, y no podés tener la mejor nota que podrías tener si no te preparás específicamente para el examen.

Algunas cuestiones por las cuales es importante elegir un examen y prepararse de manera específica:

  • el tipo de ejercicio
    El tipo de ejercicio varía mucho. Cualquiera que haya preparado CAE o FCE estará familiarizado con ejercicios de word formation y paraphrasing, pero quien haya preparado TOEFL seguramente no. Del mismo modo, quien prepare IELTS estará familiarizado con el análisis de tablas y gráficos, pero quien prepare CAE no.
  • las especificaciones en cada ejercicio
    No es lo mismo preguntas a desarrollar que multiple choice, hacer un ensayo que un reporte, o escuchar un audio una o dos veces. No es lo mismo hacer un speaking solo (como en IELTS) que en pares (como en CAE).
  • el tipo de respuesta
    Algunos exámenes evalúan no sólo el contenido lingüístico o lexical, sino también la complejidad de las ideas presentadas, la profundidad de los conceptos, la capacidad de análisis, etc. Algunos de estos conceptos requieren que uno entienda qué están esperando, además de saber un tema gramatical o un área de vocabulario.
  • los formatos de los escritos
    Si bien algunos formatos se repiten, algunos exámenes tienen formatos de escritos que podés no conocer, o con los cuales podés no estar familiarizado (generar un resumen de un gráfico con números y tendencias, por ejemplo, o una carta formal).
  • cuán abierto o cerrado es el examen
    Algunos exámenes tienen mucho contenido «cerrado»: principalmente multiple choice, o similar; otros tienen más contenido «abierto»: completar con frases, palabras, resumir, etc.
  • los tiempos
    En todos los casos, el tiempo es importante, y es parte de la evaluación: no es lo mismo hacer tres ejercicios en 30 que en 60 minutos. En común escuchar que «con más tiempo podría haberlo hecho mejor». Además, es importante aprender a manejar la ansiedad.
  • las técnicas para hacer cada ejercicio
    Cada ejercicio tiene, por sus características, diferentes técnicas. Si bien cada uno puede usar la técnica que mejor le parezca, es cierto que hay algunas que son habituales, y —principalmente— que necesitás probar distintas técnicas hasta poder decidir cuál te funciona mejor.
  • el contenido lexical
    Cada examen define las áreas de vocabulario que evalúa. Los exámenes de negocios (como el BEC) tienen un marcado contenido de finanzas, negocios, etc., mientras que uno más general (como el CAE) tienen contenido más general, más coloquial. Es importante prepararse adecuadamente.
  • la duración del examen
    Muchas veces, enfocados en los ejercicios y las partes, se les olvida algo fundamental: hacer un examen completo, de principio a fin, sin descanso. Estos exámenes duran horas, y en general hay que contemplar tiempo antes, y tiempo entre actividades (por ejemplo si la parte escrita y la parte oral se hacen el mismo día, puede haber un bache de tiempo en el medio, de horas incluso). La mente se cansa, el rendimiento baja, es difícil mantener la concentración, nos da hambre, sed, etc. Es importante habernos sometido a esa experiencia antes.
  • el formato del examen
    Tradicionalmente estos exámenes se rendían en papel, pero en los últimos años se ha vuelto cada vez más común rendir por computadora (casi todos ofrecen versiones PB y CB). No sólo es importante elegir bien, sino entrenarse de esa manera: no es lo mismo, por ejemplo, escribir a mano que tipear, o leer en papel o en una pantalla.

Estas y otras cuestiones tienen mayor o menor impacto dependiendo del candidato, pero definitivamente son importantes y hay que tenerlas en cuenta.

En todo los casos es necesario conseguir el material preparado especialmente, para asegurarse que no haya «sorpresas» a la hora del examen. Muchas veces, incluso, hay modificaciones en los exámenes, de un año al otro, ya sea en tipo de ejercicio, modalidad, etc. Puede pasar que te prepares con material desactualizado, y al momento de rendir te encuentres con algo diferente. Todos las universidades garantizan que usar el material oficial implica trabajar con material de igual características que el que se usará en la instancia de examen. Garantizan también, por supuesto, que el material del examen será nuevo, inédito.

Tené en cuenta también que en algunos casos alcanza con certificar un nivel (supongamos B2 del CEFR), en otros casos se requiere una banda como mínimo (supongamos banda 7 del IELTS), y en otros la diferencia puede ser de un punto (supongamos un mínimo de 105 en TOEFL). No conocer en detalle el examen y la falta de preparación específica pueden dejarte a la entrada de la nota que necesitabas, pero si no llegaste, no entrás.

En resumen: podés ir a rendir sin prepararte (mucho), y podés «aprobar», pero nunca vas a tener la misma nota que habrías tenido si te hubieras preparado de manera específica, con material dedicado, conociendo los detalles del examen.
Lo ideal es siempre considerar primero si necesitás rendir un examen internacional, después elegir cuál, y después planificar con tiempo.

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